lunes, 30 de junio de 2014

Todavía me veo los pies




Todo es un albur, tal vez mañana ya no me los pueda ver, tal vez si, tal vez solo se hinchen y no crezcan, tal vez solo se acalambren un poco por el peso, tal vez es el mismo peso de hace meses pero ahora somos dos y la culpa la tiene el otro. 

Tal vez el tiempo no nos defina, tal vez puedo seguir soñando contigo o contigo, o con el que luego sueño, o tal vez tu, el otro, aparezca en esa noche que no espero dejándose ver, ¿acaso eres tan real que no te puedo soñar?

Posiblemente no tenia que hacer tanto y todo sería igual, quizá por hacer tanto todo será diferente.

Este es un tema de volverse loco o, solo dejar que fluya like río con causes disímbolos, aprender a sobrevivir viviendo segundo a segundo la incertidumbre del alumbramiento.

No es un proceso sufrido solo es cuestionante, cambiante, deja las neuronas perplejas y las, si, disculpando mi español, las apendeja. No me gusta denominarlo la maravilla del milagro aunque si remontamos en el recuerdo hubo un santo inmiscuido en esta historia, también hubo un diablo con diablitos, con fuego.

La creación se da cuando se tiene que dar, no hay musa, hay intensión, habitantes en el olimpo y bosques encantados.

Seguramente mañana mis uñas seguirán azules, quizá en unas horas las posiciones en su universo redondo cambien y él siga navegando en el mar profundo hasta que por fin, en su momento, llegue a puerto.