sábado, 25 de mayo de 2013

por aquello de las narices y los recuerdos




Me estoy resistiendo a pensarte, estoy intentando no fijarme en tu falta de respuesta, sigo esperando que el corazón sea la llave que abra las puertas de la franqueza, que solo exista la facultad de movimiento por el deseo infinito del querer hacer.

...moriré en el romanticismo profundo y la pasión desmedida...

Por qué dejé que te fueras sin nisiquiera intentarlo? Por qué no supe ver más allá de mi obsesión, del capricho no cumplido y la maraña mental? La familia (la tuya, la mía) mi indecisión, la juventud... nunca te dí la oportunidad y tú estabas ahí, ahora lo se, supongo merezco tu indiferencia... o tu seguiras sufriendo la mía?

Lo confieso, aprendí a alejarme de ti, sin mayor motivo que solo el miedo, se cómo aplicar los mecanismos perfectos para que no estés y ahora quiero revertirlo, confío en que el tiempo traerá la respuesta, al menos estás más cerca que antes y las casualidades no existen.

...he enfrentado otros ojos que me hacen desvariar y no comer a pesar del pánico que siguen propinando a mi corazón, que me revuelven el estomago y me hacen tener falta de lucidez al hablar, tal ves la oportunidad me deje ver los tuyos muy pronto y preguntarte, por qué?

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