Si yo soy lo que pienso entonces quiero pensar, vamos, que difícil,
debería querer pensar en lo positivo de la situación de mí existir, así como
eslogan de comercial en donde todo es perfecto. Claro que eso no pasa, lo
primero que viene a mi mente es la fatalidad de lo cotidiano, la pesadez de los
segundos que se clavan como astillas en las plantas de los pies convirtiendo
los pasos en imposibles... y ahí viene nuestro querido amigo el tiempo, el
problema con él es querer controlarlo, contabilizarlo, sufrirlo porque no
sentimos que fluya cuando hay fisuras en el corazón.
La noche trae las opciones del pensar y ahí se complica dos
rayitas más el para dónde nos inclinaremos a la mañana siguiente, sé que muchos
son solo hacedores de lo que la agenda determina, de lo que la sociedad dicta,
del tiene que ser así, pero habemos esos otros que nos empeñamos en la necia de los
caminos, de las paralelidades, de las posibilidades. Por lo pronto pareciera que
hay dos opciones, sumirme en el abismo de la depresión por no tenerte azotando
mi mente en cada recoveco sombrío que se
asome pensando en que se lo suficiente para esperar y a la vez no tanto como
para creer que será, o reconocer la
plena libertad que da el amarte dejando libre al amor en su vuelo de búsqueda y
aceptación con la esperanza de que tal
vez resulte en el acoplamiento certero del uno del otro en su justa medida y del
entendimiento que permita su realización.
Simpleza en el poder sublime de la capacidad mental del
querer al amor por su totalidad, pinche amor, qué no? Y ahí vamos de nuevo, no,
él no tiene la culpa simplemente si no lo podemos comprender en sus múltiples facetas
es que diremos eso del pobre amor, él es pleno, incluyente, compartido, se da así
por darse, porque es un todo, por eso nos cae bien y nos cae mal, no le gusta ceñirse
a las reglas políticamente correctas, ese cupido travieso, el amor es de dioses,
de humanos de animales y de todo ser vivo… ya ven?, si puedo pensar en positivo
aunque sea solo un párrafo esperanzador de…
No, ya se acabó, tan, tan, siguiente concepto la incertidumbre,
y aunque yo sé que me se comportar y todo es en su justa medida y proporción;
no deambulo por pasillos, no reclamo las presencias, pues… todo se basa en la
confianza del que puedo estar ahí con mi vida y la vida, es saber hacer en la
normalidad del dejar fluir, así las astillas de los pies se irán desvaneciendo,
y el amor, otra vez el amor, fluirá en su capricho artístico, embriagante,
desenfrenado, compañero, amigo y amante, solidario de lo que sabemos nos es imprescindible;
si, lo aceptamos apenas, pero tiene una vida haciéndonos falta, confió en que
ahora que está plenamente reconocido no vuelva de nuevo a encadenarse… sé que
Benedetti nos dará las respuestas.
…hagamos un trato…
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