sábado, 10 de septiembre de 2016

Táctica y estrategia



Si yo soy lo que pienso entonces quiero pensar, vamos, que difícil, debería querer pensar en lo positivo de la situación de mí existir, así como eslogan de comercial en donde todo es perfecto. Claro que eso no pasa, lo primero que viene a mi mente es la fatalidad de lo cotidiano, la pesadez de los segundos que se clavan como astillas en las plantas de los pies convirtiendo los pasos en imposibles... y ahí viene nuestro querido amigo el tiempo, el problema con él es querer controlarlo, contabilizarlo, sufrirlo porque no sentimos que fluya cuando hay fisuras en el corazón.

La noche trae las opciones del pensar y ahí se complica dos rayitas más el para dónde nos inclinaremos a la mañana siguiente, sé que muchos son solo hacedores de lo que la agenda determina, de lo que la sociedad dicta, del tiene que ser así, pero habemos esos otros que nos empeñamos en la necia de los caminos, de las paralelidades, de las posibilidades. Por lo pronto pareciera que hay dos opciones, sumirme en el abismo de la depresión por no tenerte azotando mi mente en cada  recoveco sombrío que se asome pensando en que se lo suficiente para esperar y a la vez no tanto como para creer que será,  o reconocer la plena libertad que da el amarte dejando libre al amor en su vuelo de búsqueda y aceptación con la esperanza de  que tal vez resulte en el acoplamiento certero del uno del otro en su justa medida y del entendimiento que permita su realización.

Simpleza en el poder sublime de la capacidad mental del querer al amor por su totalidad, pinche amor, qué no? Y ahí vamos de nuevo, no, él no tiene la culpa simplemente si no lo podemos comprender en sus múltiples facetas es que diremos eso del pobre amor, él es pleno, incluyente, compartido, se da así por darse, porque es un todo, por eso nos cae bien y nos cae mal, no le gusta ceñirse a las reglas políticamente correctas, ese cupido travieso, el amor es de dioses, de humanos de animales y de todo ser vivo… ya ven?, si puedo pensar en positivo aunque sea solo un párrafo esperanzador de… 

No, ya se acabó, tan, tan, siguiente concepto la incertidumbre, y aunque yo sé que me se comportar y todo es en su justa medida y proporción; no deambulo por pasillos, no reclamo las presencias, pues… todo se basa en la confianza del que puedo estar ahí con mi vida y la vida, es saber hacer en la normalidad del dejar fluir, así las astillas de los pies se irán desvaneciendo, y el amor, otra vez el amor, fluirá en su capricho artístico, embriagante, desenfrenado, compañero, amigo y amante, solidario de lo que sabemos nos es imprescindible; si, lo aceptamos apenas, pero tiene una vida haciéndonos falta, confió en que ahora que está plenamente reconocido no vuelva de nuevo a encadenarse… sé que Benedetti nos dará las respuestas.

…hagamos un trato…

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