sábado, 25 de mayo de 2013

por aquello de las narices y los recuerdos




Me estoy resistiendo a pensarte, estoy intentando no fijarme en tu falta de respuesta, sigo esperando que el corazón sea la llave que abra las puertas de la franqueza, que solo exista la facultad de movimiento por el deseo infinito del querer hacer.

...moriré en el romanticismo profundo y la pasión desmedida...

Por qué dejé que te fueras sin nisiquiera intentarlo? Por qué no supe ver más allá de mi obsesión, del capricho no cumplido y la maraña mental? La familia (la tuya, la mía) mi indecisión, la juventud... nunca te dí la oportunidad y tú estabas ahí, ahora lo se, supongo merezco tu indiferencia... o tu seguiras sufriendo la mía?

Lo confieso, aprendí a alejarme de ti, sin mayor motivo que solo el miedo, se cómo aplicar los mecanismos perfectos para que no estés y ahora quiero revertirlo, confío en que el tiempo traerá la respuesta, al menos estás más cerca que antes y las casualidades no existen.

...he enfrentado otros ojos que me hacen desvariar y no comer a pesar del pánico que siguen propinando a mi corazón, que me revuelven el estomago y me hacen tener falta de lucidez al hablar, tal ves la oportunidad me deje ver los tuyos muy pronto y preguntarte, por qué?

Media hora



Media hora

Un cuarto de hora

10 minutos

Nada de tiempo

Todo el tiempo

Simplemente un vacío 

Las necesidades de las pasiones entremezclan la facultad de ver la literalidad de la realidad de los años vividos, de las personas olvidadas y las que siempre recordarás.

 De la celebración a la tormenta hay solo un fragmento de segundo, todo ha pasado como en una película que ves sin ver, la lluvia constante que es tan precisa en su sincronización hace olvidar cómo describir que está ahí.

Fue la melancolía de los días, la luna, la pirámide, la forma de las notas y la voz… no pude más… simplemente lloré.

Me acordé de ti, de él, del otro él, de mí, del él presente, de los que apenas vería para recordar después… de nadie, solo de la lluvia… sin frio, solo llovía;  ni la desorganización planeada mermo la presencia, uno a uno los sentimientos afloraron, ya! esta bien, así fue, así es…No me dio tiempo de recordar tus besos…

Ha eso se le llama un buen concierto.