viernes, 3 de enero de 2014

Quiero distraerme



Quiero distraerme, ausentarme de la literalidad de la realidad, creer que debemos estar en los brazos del pasado y seguir soñando con contextos análogos.

No hay nada malo en este transcurrir de segundos pero me gusta imaginar tus ojos, realmente podrán hablar cuando los tenga frente a los míos? Imagino las banalidades extremas al compartir una taza de café, si así es divertido, nos pueden esperar momentos maravillosos frente a una chimenea… el frío invernal siempre se sale con la suya, la mente divaga, trasforma los pensamientos en tramas de películas cincuenteras.

-Una mesa para dos por favor-

Nos gusta la del rincón, las esquinas me van bien, no las que ustedes piensan, sino los recónditos lugarcitos donde es difícil el acceso a la silla correspondiente porque, justo eso, es una esquina o un rincón, me gusta así, me recuerda a la cocina de mi abuela, que dicho de paso, ahora es mi cocina y el pequeño recoveco donde de niña reposaba viendo como cocinaba mi abuela ya no lo es más, solo es una esquina y un recuerdo.

Volviendo a ti, a mí, al café y París, o el café París, sería excelente volver en el tiempo, entrar por sus puertas charlar con Frida, Andrés, Pablo, hablar de poesía, pintura, literatura.

Te gustaría yo lo se, ves como es re fácil que se me de el paralelismo y la irrealidad, ja! 

El tiempo me está matando, me abruma, me sepulta en la incertidumbre, se me perdió la calma, se me arraigo tu ausencia, se me mudo el ánimo, se transformo en quimera.

Llegaron las noticias, tarde a pesar de que ahora todo es, según, eficiente en el área de las comunicaciones, me pareció estar esperando un telegrama, una carta por correo, como cuando te mandaba cartas y tú me respondías, odiaba el sentir la lentitud, nunca he sido muy paciente.

Mi mundo ya no es el mismo, tengo miedo y solo quiero verte.